Entrevista a Antonio Penadés: historiador, periodista, abogado, escritor y presidente de Acción Cívica

 

Antonio Penadés

Historiador, abogado, periodista
y Presidente de Acción Cívica

Solo con pensar en Antonio Penadés, una vez lo conoces, te conmueves. Es inevitable porque te inunda una sensación reconfortante, amable. Y nos pasa a muchos/as porque recordamos de inmediato lo que ha conseguido. Antonio le da sentido a la mejor fe: la fe en las personas. Y te motiva porque ves, diáfanamente, que la gente luchadora y buena existe y que, además, este tipo de personas se organiza y fragua batallas largas y constantes, arduas, para conseguir objetivos sociales que nos reconfortan a todos. En breve veréis el porqué.

Antonio es abogado (Licenciado en Derecho, especialidad Público, por la Universidad de Valencia) y periodista (Licenciado en Ciencias de la Información por el CEU San Pablo de Valencia). Además, cuenta en su haber con un Diploma de Estudios Avanzados (DEA) en Historia de la Antigüedad por la Universidad de Valencia (con un trabajo de investigación titulado El pensamiento de Heródoto a través de su obra). Y es novelista. Y ensayista. Y conferenciante. Y docente. Y articulista (colabora con múltiples medios). Y reseñador. Lee mucho y publica bastante en RRSS (entradas que son de las que hay que leer). Es muy Antonio y mucho Antonio, como dirían algunos… Es autor de El hombre de Esparta, novela histórica publicada en Edhasa (2005), en la editorial griega Enalios (2006) y en Planeta de Agostini (2009) y de la crónica de viajes Tras las huellas de Heródoto, publicada en Almuzara (2015); es coautor del libro de ensayos Cinco miradas sobre la novela histórica, Ediciones Evohé (junto a Carlos García Gual, Gisbert Haefs, Javier Negrete y Pedro Godoy; publicado en 2009) y es autor de El declive de Atenas (ensayo histórico que constituye el tomo 8 de la Biblioteca Historia Universal, editada por RBA e Historia National Geographic en 2013). Ha recibido el Premio de la Crítica Literaria de la Comunidad Valenciana por CLAVE (Asociación de críticos literarios, escritores y poetas valencianos), en la categoría de ensayo, con Viaje a la Grecia clásica; así como el Premio Hislibris de honor (en 2012).

Además, es el Presidente de la asociación Acción Cívica contra la corrupción: un hombre con valores, comprometido con la presente sociedad y con la futura, que desea un mejor mundo para sus hijos.

Por todo ello, en esta entrevista, no solo vamos a tratar con el Sr. Penadés, el historiador, periodista y escritor; también vamos a tratar con D. Antonio, el abogado que ayudó a la Fiscalía Anticorrupción en el caso Cooperación. Asimismo, conversaremos con otro Antonio: el aficionado a los viajes.


ENTREVISTA A ANTONIO PENADÉS

El hombre de Esparta | Por Antonio Penadés
El hombre de Esparta | Por Antonio Penadés

Antonio, si te parece, hagamos un pequeño resumen sobre el caso Cooperación y sobre cómo te implicas en él.

,Gracias por la invitación, Carmen. Aquello comenzó en 2012, cuando se hizo público que los miembros de una trama se apropiaron de fondos públicos destinados a Cooperación Internacional. Pudo ser peor pues iban a continuar haciéndolo con el pretexto de la construcción de un hospital en Haití, tras el terremoto que devastó el país. Siendo uno de mis hijos haitianos, me personé en el procedimiento judicial como Acusación popular a título individual. Tuve que dejar varios proyectos pendientes y centrarme en el estudio del sumario, que ocupaba más de 50 tomos…

Me consta que no has querido escribir sobre el tema porque lo que te motiva es escribir sobre la antigüedad. Pero, ¿has pensado en escribir algún artículo sobre cómo el caso Blasco y la antigüedad pueden coincidir en tu persona, en la del analista-abogado-escritor? Resultaría sumamente interesante y de agradecer.

En marzo de 2013 publiqué en El País un artículo titulado “Caso Cooperación: la depravación moral”, y en él explicaba la esencia del asunto. Las sentencias que resultaron de los dos juicios constataron punto por punto lo que, salvaguardando la presunción de inocencia, se exponía en el artículo. Más allá de ese texto, nunca me ha apetecido escribir sobre el tema. Fueron años de mucho trabajo que mereció la pena por el resultado obtenido y por lo mucho que allí aprendí, pero nunca me ha apetecido rememorarlo.

¿Cuántos recursos ha habido contra su sentencia y en qué se han basado?

Las defensas recurrieron hasta el Tribunal Supremo, quien refrendó casi en su totalidad las sentencias del TSJ y de la Audiencia Provincial. Los magistrados de estas tres instancias hicieron un gran trabajo, aunque el mayor mérito hay que atribuírselo a la Fiscalía Anticorrupción.

Os habéis presentado en otros casos. ¿Cuáles son los más importantes y qué resultados habéis conseguido?

Constatado que una Acusación popular independiente puede resultar de ayuda en casos complejos de corrupción política, en el año 2014 un grupo de ciudadanos creamos Acción Cívica. Desde entonces, estamos personados en casos de Colmenar Viejo, Lanzarote y Valencia (casos TaulaIVAM y Diputación), en los que están involucrados ambos partidos mayoritarios. Salvo una de las piezas en Lanzarote, donde obtuvimos sentencia favorable, todos los demás son procedimientos complejos que continúan en fase de instrucción.

Entrevista a Antonio Penadés | Historiador, abogado, periodista, escritor y Presidente de Acción Cívica
Antonio Penadés | Historiador, abogado, periodista, escritor y Presidente de Acción Cívica

En Acción Cívica, tenéis un apartado dedicado a la Eficiencia. En estos días, en los que tenemos tantas referencias a los abusos que ejercen sobre los consumidores el oligopolio de las compañías eléctricas, ¿qué acciones puede llevar a cabo vuestra asociación y cómo se puede colaborar con ella?

Acción Cívica hace frente a sus gastos (abogados, procuradores y fianzas, principalmente) con las cuotas que aportan sus socios. Por supuesto, ninguno de nosotros cobra nada.

En cuanto al oligopolio eléctrico, no podemos estar en todo y, además, nos limitamos a casos evidentes de desvío de dinero público.

Uno de los subapartados de ese propósito, Eficiencia, es la despolitización de la cúpula judicial, del Consejo General del Poder Judicial. En una entrevista (que ya le he remitido a D. Elpidio José Silva) le pregunto sobre ese mismo tema. ¿Qué debe saber el ciudadano sobre lo que ocurre con esta problemática? ¿Por qué nos afecta?

La politización (la partidización sería más correcto) de nuestras instituciones y de la sociedad en general es el origen de casi todos los males que arrastra España. Los partidos políticos de uno y otro signo se apropiaron hace tiempo de áreas de la Administración que corresponden al funcionariado y, a continuación, comenzaron a penetrar en el lenguaje, en el deporte, en los medios de comunicación –con el desmesurado espacio prestado a la política en detrimento de contenidos sociales, culturales y científicos–, en la Educación, en la Sanidad, en la tergiversación de la Historia para crear relatos acordes con intereses partidistas, etc. La cúpula del poder judicial, las desaparecidas cajas de ahorro y algunas Universidades son tristes ejemplos de instituciones politizadas. Desde la Sociedad Civil debemos reivindicar, cada vez con más fuerza, que los partidos políticos regresen al espacio que les corresponde.

La politización (la partidización sería más correcto) de nuestras instituciones y de la sociedad en general es el origen de casi todos los males que arrastra España.

Antonio Penadés

¿Cómo se tratan los temas en vuestra asociación? ¿Tenéis un sistema de reuniones y determináis quién hace qué?

Los miembros de la Junta Directiva estamos permanentemente en contacto por correo electrónico, teléfono, etc., y cuando hay algo importante nos reunimos de forma presencial o por Zoom para tratar el tema a fondo. Contamos también con apoyos de otras instituciones de la Sociedad Civil, a las que en ocasiones consultamos.

Heródoto era un historiador viajero y, claramente, es parte de tu vida. Pero, ¿eres igual de curioso que él? ¿Preguntas tanto como él lo haría? ¿O no te sientes identificado con él en esa parte de su personalidad? Cuando viajas, ¿a quiénes tiendes a preguntar y sobre qué?

Heródoto me acompaña desde que soy un adolescente, siempre he tratado de empaparme con su obra y de recoger su capacidad de asombro. Todo le interesaba de una forma genuina y espontánea, sentía fascinación cuando descubría algo nuevo o cuando conocía a personas que destacaban por su sabiduría o por sus hechos.

Cuando viajo para preparar mis libros, lo hago siempre solo para tratar de fomentar esa misma curiosidad y para practicar su forma preferida de recabar información, que consistía en observar, hilar ideas y conversar con las personas que sabían más que él.

En algún momento has comentado que haber estudiado Historia te ayuda a adentrarte en la intrahistoria de los personajes literarios. ¿Bajo qué prismas y con qué tipo de reflejos?

Cuando el historiador se adentra en un determinado periodo, debe hacerlo siempre con las gafas de entonces. Analizar una civilización del pasado o un pasaje histórico con la mentalidad actual equivale a hacer presentismo, lo que conduce a conclusiones equivocadas o, lo que es peor, tergiversadas. El historiador que actúa con honestidad tiene interiorizada una técnica empática, que le lleva a no juzgar con criterios contemporáneos y que resulta de mucha utilidad cuando se lleva al terreno de la literatura.

El Historiador que actúa con honestidad tiene interiorizada una técnica empática, que le lleva a no juzgar con criterios contemporáneos y que resulta de mucha utilidad cuando se lleva al terreno de la literatura.

ANTONIO PENADÉS

Está claro que leer ayuda a nutrirse de cultura. Pero hay escritores de novela clásica que optan por no dejar plasmada la historia, sino tan solo opciones verosímiles, y que prefieren que el lector se remita a las fuentes clásicas, a través del interés que suscitan en ellos, para comprobar si lo que escriben es un saber fidedigno de la realidad. ¿Por qué optas tú?

En los ensayos soy totalmente fiel a la historia. Trato de aderezar el relato histórico con un tono divulgativo y con la narración de mi propio viaje, que coincide con los lugares donde ocurrieron los hechos que se narran. En El hombre de Esparta, que sí es una novela, los hechos históricos forman parte del escenario. Todos los personajes son ficticios, y son ellos quienes actúan, conversan y estructuran la trama.

Portada de Tras las huellas de Heródoto, de Antonio Penadés
Portada de Tras las huellas de Heródoto, de Antonio Penadés

¿Qué tiene un libro que no tiene la palabra hablada? ¿Es un saber garantizado? Y, en el caso de las fuentes clásicas, ¿no están mayoritariamente basadas en una palabra hablada?

La palabra escrita permite varias lecturas, varias pasadas sobre un mismo pasaje. Otorga la posibilidad de reflexionar y de madurar cada idea. De hecho, fue la llegada a Grecia de la escritura alfabética, en el siglo VIII a.C., lo que posibilitó el nacimiento del pensamiento racional y, por tanto, un primer alejamiento de los relatos míticos. Las obras de esa época, como las epopeyas de Homero, procedían de la transmisión oral. También la Historia de Heródoto, la primera obra historiográfica, nace de las conferencias que él había ido dando de ágora en ágora, contando las anécdotas de sus viajes y los resultados de sus indagaciones.

De hecho, no se suele comentar que muchas de las fuentes clásicas fueron escritas por no coetáneos de los protagonistas de sus obras. Aún así, las aceptadas lo son por tener algún eco en otras obras (un tipo de contrastación, si se puede considerar así). ¿Sueles contrastar todas tus fuentes o aceptas que pueda haber cierta disparidad entre ellas?

Homero y Heródoto son el gran ejemplo de total libertad a la hora de colocar el punto de vista. En sus obras no hay buenos ni malos, sino dos bandos enfrentados, cada uno con sus motivos y sus circunstancias, en un contexto bélico que es descrito en todo momento como pernicioso. En ellos, el gran tema es el horror de la guerra. También Tucídides fue bastante imparcial. Todos los demás logógrafos e historiadores de Grecia y de Roma escribieron, en mayor o menor medida, al dictado del gobernante de turno o a favor de una determinada opción política, por lo que nos resulta necesario filtrar la información y contrastar sus versiones.

Tú mismo has indicado que es fundamental la honestidad del método científico, a la hora de abarcar el estudio de los clásicos y plasmar su realidad sobre un lector actual. Pero, ¿cómo afecta en la escritura teniendo en cuenta que el que hojea tu libro, para decidir si lo compra, es un lector actual?

Veo un interés creciente en el ensayo divulgativo, en las crónicas de viajes y en la historia. Creo que hay bastante recorrido en España hasta llegar al nivel, en ese aspecto, de los países anglosajones Y también creo que la gente busca cada vez más a alguien en quien confiar por reunir dos requisitos: un conocimiento a fondo del tema a tratar y un modo agradable y sencillo de transmitirlo.

¿Tiras de los pies de página?

En las crónicas de viaje/ensayo sí. En novela no, pues el lector se sumerge en un universo diferente y entiendo que no conviene interrumpir esa inmersión en la ficción.

¿Qué te gusta de ser docente? Has visto, en tus talleres, cómo se acercan diferentes personas a un proyecto tan personal como difícil: escribir un libro. ¿Qué recomendarías a los jóvenes que desean adentrarse en ese proyecto? ¿Y a los que se acercan con cierta edad?

Es muy reconfortante descubrir a personas de mucha valía que se acercan al Museo L’Iber y pagan un precio y emplean parte de su tiempo libre para avanzar en un proyecto personal enriquecedor. O solamente con el propósito de conocer los entresijos de la creación literaria y, de ese modo, disfrutar más de la lectura. Hay muchísimos consejos que dar, uno para cada aspecto, pero hay una idea que me parece fundamental: dar el paso a la escritura solo cuando se tenga una historia realmente interesante que contar y se dé con un punto de vista novedoso. Y si lo que prima no es el argumento sino el tema, dejar de lado la ficción y decantarse por el género ensayístico.

Hay muchísimos consejos que dar, uno para cada aspecto, pero hay una idea que me parece fundamental: dar el paso a la escritura solo cuando se tenga una historia realmente interesante que contar y se dé con un punto de vista novedoso. Y si lo que prima no es el argumento sino el tema, dejar de lado la ficción y decantarse por el género ensayístico.

Antonio Penadés

El curso de narrativa nos lleva dando 15 años de satisfacciones. Una de ellas es Valencia Negra, cuyos organizadores se convirtieron en magníficos autores después de asistir a las clases en la sala de conferencias del Museo L’Iber. Aunque lógicamente ha quedado desfasado, se explica bien en un artículo que publicó Valencia Plaza cuando cumplimos los 10 años.

También te cito si indico que la antigüedad nos desprende de la telebasura. Se podría añadir que casi cualquier lectura. Pero, ¿acaso los clásicos no tenían su propia vulgaridad? ¿Acaso se debe tomar a los clásicos, a los capaces de narrar escribiendo, como eruditos?

Me sorprende que haya gente que consuma telebasura con la cantidad ingente de series, películas y documentales que tenemos a nuestro alcance, productos magníficos que no solo son amenos sino que además te enriquecen. Pero no juzgo, que cada uno haga lo que quiera.

Los clásicos o las grandes obras no tienen por qué condensar erudición. La isla del tesoro, La metamorfosis o Cañas y barro no lo hacen, y sin embargo sus protagonistas nos atrapan en su conflicto y nos adentran con maestría en la condición humana. Si, además, el texto está aderezado de comentarios eruditos que vienen al caso al guardar relación con el pasaje en cuestión, como sucede en el Quijote, en Macbeth, en Moby Dick o en Guerra y paz, esas obras alcanzan la excelencia. Pero ante todo, la buena literatura es diversión. Sin ésta, el caballo no tira del carro y nos quedamos atrapados en el camino.  

Ante todo, la buena literatura es diversión. Sin ésta, el caballo no tira del carro y nos quedamos atrapados en el camino.  

Antonio Penadés

¿Crees que se les pueden leer a los niños, frente al fuego (pongámoslo así), cuentos sobre los clásicos? ¿O los clásicos requieren de cierta edad para ser leídos?

Para mí es un error hacer leer a adolescentes obras como el Quijote o la Regenta, que requieren una cierta madurez para ser comprendidos y disfrutados. Hay libros magníficos, en especial las novelas de aventuras decimonónicas –Dumas, Twain, Defoe, Verne, Salgari, Stevenson…-, que permiten adentrarse en la buena literatura y, lo más importante de todo, facilitan a los chicos la adquisición del hábito lector, algo que condicionará sus vidas. Es lo que defendía Fernando Sabater en su ensayo La infancia recuperada.

Los judíos también fueron perseguidos en la antigüedad. Las razones fueron distintas a las que se “dieron” en la IIWW. Pero, ¿por qué crees que los clásicos también fueron contra ellos? ¿Qué temían en aquellos entonces? Ellos tenían sus propios dioses. En cambio, hoy, el misticismo y la espiritualidad están de capa caída. ¿Cómo crees que afecta a los jóvenes, en este aspecto, la lectura de los clásicos? ¿Se debe educar, también, sobre la violencia y su historia a través de nuestra historia?

El antisemitismo está presente en la literatura pues, en definitiva, cualquier manifestación artística es un reflejo de la sociedad en la que nace. Las obras donde aparecen personajes que critican o atacan a los judíos son una herramienta para explicar el porqué de tal fenómeno, que continúa en nuestros días, sobre todo en el campo del Periodismo.

Lo habitual en la Antigüedad era venerar a muchos dioses, por lo que las religiones monoteístas causaban rechazo y solían ser vistas como reductos de fanatismo. Antonio Penadés.

Hoy todos nos conmovemos con el sufrimiento de los judíos durante el holocausto pero ya no gustan tanto los que sobrevivieron al año 1945. Y ello a pesar de que Israel es la única democracia real que hay en Próximo Oriente y la única sociedad respetuosa con las mujeres y con las minorías…

Tratado sobre la sensatez | Artículo de Antonio Penadés
Tratado sobre la sensatez | Artículo de Antonio Penadés

Creo que es importante desprenderse de etiquetas y de prejuicios y dejar que cada uno halle sus conclusiones de forma libre, sin injerencias políticas ni ideológicas.

¿Qué necesita el sistema educativo para mejorar lo que, parece, resulta tan difícil de constituir como una educación eficaz sobre lo que nos ayudaría como miembros familiares, sociales, políticos, económicos y miembros históricos en esta supra-sociedad como es la que nos contiene, la Comunidad Europea?

Necesita con urgencia un pacto de Estado para la Educación. En los países más civilizados, este es un tema en manos de quienes lo conocen de primera mano –maestros y profesores- y que se retiró hace mucho de las pugnas políticas. Si España quiere ser un país avanzado, debemos despartidizar cuanto antes este asunto.

Artículo sobre la nueva ley educativa Lomloe | Por Antonio Penadés
Artículo sobre la nueva ley educativa Lomloe | Por Antonio Penadés

Como ves, es el problema de siempre. Ahora se acaba de aprobar una nueva ley, la Lomloe, y más allá de sus bondades y sus defectos, los responsables de esta iniciativa legislativa deberían cuestionarse de qué sirve el esfuerzo realizado. ¿Para qué meterse en la burocracia y los cambios metodológicos que genera un nuevo marco normativo? ¿Merece la pena trasladar al profesorado mayor carga de trabajo administrativo y agudizar su desencanto? La contestación es no, sobre todo teniendo en cuenta que el Partido Popular ha advertido que, en cuanto alcance el poder, cambiará esta ley por otra. Y no cabe duda de que lo cumplirá, de hecho los dos partidos mayoritarios están acostumbrados a hacerlo. Esa nueva ley es la novena en democracia, y así seguiremos en los próximos años, emulando a Sísifo y hundiendo en el desasosiego a la comunidad docente. Sin un pacto de Estado para la Educación, cualquier labor que se emprenda servirá para empeorar las cosas, desgastarse en batallas partidistas e incurrir en una evidente deslealtad hacia la sociedad, en especial hacia nuestros jóvenes. Han pasado ya once años desde que Ángel Gabilondo, entonces ministro de Educación, lideró un proceso que estuvo a punto de culminar en un pacto entre los dos principales partidos, y desde entonces nadie lo ha vuelto a intentar.

Sabiendo que la historia de España es pendular, tanto en términos generales como en cada uno de sus ámbitos, resulta evidente que cuando alguien, sin consenso previo, lleva un asunto a su terreno, garantiza que los de enfrente harán lo mismo en cuanto puedan. Ahora el péndulo está en el lado del PSOE, por lo que les corresponde tender la mano a los demás partidos que ocupan el espectro político del centro y tratar de sellar unos principios fundamentales de cara al futuro. En este paso no habría que partir de cero, sino comenzar a trabajar desde el acuerdo sobre 155 puntos alcanzado con el PP en 2010.

En Acción Cívica, en colaboración con otras instituciones de la Sociedad Civil, estamos centrados en esta reivindicación y seguiremos haciendo cuanto esté en nuestras manos.

Hay varios dichos que, seguro, te gustan: el saber no ocupa lugar, aquel que no conoce su historia está condenado a repetirlainvertir en viajar es invertir en uno mismo,… Entre tantos otros (muchos). Pero, hay uno que canta así: nada desarrolla tanto la inteligencia como viajar. Tú has viajado solo y acompañado. Y, te digo algo: como mujer, hace pensar que puedas viajar solo. Dice mucho de la tuya, pues eres padre de familia. ¿Qué te aporta viajar solo y qué en compañía? ¿Tienes alguna preferencia? ¿Algún o algunos viajes pendientes que te resulten necesarios?

En general, opino que viajar solo es una actividad enriquecedora y regeneradora. No tanto si vas a tumbarte en la playa como si te diriges a lugares con un gran legado arqueológico o artístico en el que poder sumergirte. También me gusta viajar a lugares así con mi mujer y mis hijos o como guía en los viajes del Museo L’Iber, pero cuando hay un proyecto literario por medio necesito desplazarme a solas, sin nadie que altere los planes. Es esencial vivir con intensidad esa inmersión en el tema que se va a recrear –si el viaje no es intenso, tampoco lo será el libro- y dejar espacio para improvisaciones, conversaciones casuales y anécdotas que solo le ocurren a uno cuando tiene sus cinco sentidos al servicio del viaje y del proyecto histórico-literario.

Viaje organizado junto al Museo L'Iber, por Antonio Penadés. Éfeso.
Viaje a Éfeso organizado junto al Museo L’Iber

Actualmente, Europa es considerado el continente más antiguo. Pero, si hablamos de civilizaciones antiguas y, concretamente, de las que tratas en tus libros, ¿crees que Europa debería concederle cierto crédito a otras civilizaciones orientales?

En su afán por progresar, y esto también forma parte de su habilidad, los griegos buscaron el conocimiento más desarrollado de la época. Lo encontraron en Oriente, en concreto en los escribas y sacerdotes egipcios y babilónicos, pioneros en los saberes científicos. En las naves mercantes se embarcaban jóvenes deseosos de alcanzar su aletheia (verdad, descubrimiento). El hecho de que una de las primeras colonias griegas fuera Náucratis, fundada en el siglo VII a.C. por ciudadanos de Mileto en el delta del Nilo, les facilitó la logística. Ellos eran sabedores que el conocimiento más avanzado se encontraba en Egipto y Mesopotamia y que las enseñanzas que allí recabaran en geometría, matemáticas, astronomía y medicina resultarían fundamentales en su progresión individual. Pitágoras, por ejemplo, no inventó su teorema, sino que lo aprendió de otros sabios durante los más de 20 años que vivió en Egipto. También Solón, Tales, Anaxágoras, Heródoto y Platón cambiaron su forma de mirar el mundo gracias a Egipto. Cuando, a la vuelta a sus ciudades, trasladaron esos valiosos conocimientos a sus discípulos y compañeros de banquete, todo Occidente se enriqueció. También en cuestiones de religión y de arte, Grecia es deudora de aquellas civilizaciones mucho más antiguas. Es un tema apasionante, importantísimo y poco conocido.

¿Qué forma de gobierno consideras que sería la deseable, en la actualidad, si la formulasen algunos de los personajes clásicos que más admiras? ¿Por qué? ¿Crees que sería posible aplicarla a nivel nacional y transnacional?

Hay un largo pasaje en la Historia en la que Heródoto, utilizando un debate entre miembros de la corte persa, hace un repaso de los sistemas políticos vigentes: la democracia, la oligarquía, la monarquía y la tiranía. En él, se limita a recrear el desarrollo de la conversación de una forma aséptica. Permanece neutral ante el análisis comparativo y, tal como hace en el resto de su obra, se abstiene de resaltar la libertad griega frente al absolutismo persa, dejando entrever que todos los regímenes tienen sus ventajas y sus inconvenientes. En general, Heródoto no es partidario de la democracia pero sí defiende a ultranza uno de sus principios esenciales: la isonomía, que se puede definir como igualdad de derechos civiles y políticos entre los ciudadanos. A la vez, hace prevalecer su concepción relativista y pragmática, una visión que le lleva a concluir que a cada nación, según las circunstancias que acompañan cada periodo histórico, le conviene un sistema político u otro. Para alcanzar esta conclusión hace falta una gran altura de miras. Pocos pensadores han sido capaces de proponer planteamientos tan hábiles en esta materia como las que reflejó en su obra aquel erudito curioso y a la vez humilde. En este pasaje, como en tantos otros, Heródoto muestra y sugiere, como sólo saben hacer los autores inteligentes, pero nunca adoctrina. Su postura no-categórica habría resultado muy beneficiosa de haber sido adoptada por la sociedad de su época, cuando Atenas imponía la democracia entre los miembros de su imperio. Pero él era un extranjero y los atenienses nunca le escucharon demasiado.

En definitiva, aterrizando en la actualidad, creo que cada nación debe elegir su propio sistema. Hay muchos países donde, por reposar en estructuras tribales, por consideraciones religiosas o por falta de tradición, ven la democracia como una aberración. Y me parece muy lógico. Es necesario dejar de lado la superioridad moral y respetar la idiosincrasia de cada uno.

Otro dicho incita a hacer tres cosas en la vida: escribir un libro, plantar un árbol y tener un hijo. Quizá por ello haya tantos/as escritores/as. Pero, cada vez hay menos gente con hijos. Y de plantar un árbol… quizá valga la pena hablar con Greenpeace. Al respecto: tú tienes varios hijos. Cuando decidís adoptar, ¿qué os motiva? Cuando decidiste escribir, ¿habías ido a talleres de escritura? ¿Cómo te iniciaste como escritor? Y, de plantar un árbol, ya puestos, ¿lo harías como Antonio o como presidente de Acción Cívica?

He plantado muchos árboles, sobre todo nogales.

Cuando decidí escribir tenía 22 años y no creo que existiera algún taller de escritura en Valencia. En general, había poquísima actividad literaria. Me levanté una mañana con el protagonista y los personajes de “El hombre de Esparta” en la cabeza y me volqué en ellos.

En cuanto a adoptar a un niño, es una opción muy enriquecedora para la familia –comenzando por los hijos biológicos–. En nuestro caso ha sido una maravilla, pero hay que tener en cuenta que este tipo de proyectos no están exentos de riesgos.

¿Tienes algún proyecto literario en mente?

Sí, un ensayo divulgativo que trata de historia y de arte.

Como conferenciante, ¿qué buscas del público?

Un tono amable y didáctico. Conseguir esto es esencial, al igual que en la literatura. Todos los temas han sido tratados una y mil veces y todo depende del punto de vista que se adopta y en la forma de contar las historias.

¿Cómo distribuyes tu tiempo como abogado, escritor, presidente de Acción Cívica y tu ocio?

Dedico las mañanas a mis obligaciones laborales, las tardes y fines de semana a todo lo demás.

¿Qué se espera del futuro de la arqueología? ¿Tenéis alguna lucha a favor de su desarrollo?

Los proyectos arqueológicos y la conservación de nuestro patrimonio deben ser cuidados al máximo. Y no solo por consideraciones científicas y culturales, sino porque España tiene un gran futuro económico a través de esa vía. El turismo de sol y playa está saturado, pero en cambio hay muchísimo margen para atraer a visitantes a nuestras ciudades, pueblos, monasterios, castillos, lugares históricos y sitios arqueológicos: es un turismo de calidad, fiel y con mayor poder adquisitivo, que debemos fomentar. Y además será crucial para regenerar muchos puntos de la España vacía.

Los proyectos arqueológicos y la conservación de nuestro patrimonio deben ser cuidados al máximo. Y no solo por consideraciones científicas y culturales, sino porque España tiene un gran futuro económico a través de esa vía.

ANTONIO PENADÉS

En relación con el patrimonio arquitectónico, aquí en Sagunto tuvimos un caso lamentable como fue el de la remodelación del teatro romano de Sagunto. Un asunto que se politizó en su momento, de ahí el nefasto resultado que tuvo, y que debemos evitar que se repita jamás.

El 16 de noviembre de 2010, la dieta mediterránea fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad durante la quinta reunión del Comité Intergubernamental de la Unesco celebrada en Nairobi (Kenia). Y, si no me equivoco, se lucha por los Océanos en la UNESCO, pero no he encontrado ese soporte sobre nuestro mar, el Mediterráneo. ¿Crees que debería de tenerlo? ¿Qué crees que podemos perder si no se constituye algún órgano internacional de control cultural sobre el Mediterráneo?

La mejor forma de proteger el Mediterráneo es seguir implantando medidas de depuración de aguas y de control de vertidos químicos e industriales, no solo en la vertiente septentrional, donde hay una legislación europea exigente, sino también en las riberas oriental y meridional. Además, hay que limitar la sobreexplotación llevada a cabo por la pesca intensiva de arrastre.

¿Consideras que el orden tiende a ganar al caos? ¿Por qué crees que las civilizaciones antiguas necesitaban luchar casi permanentemente? ¿Es la economía y la comunicación global lo que nos diferencia principalmente de las civilizaciones antiguas?

A lo largo de la historia de la humanidad, la guerra ha sido siempre un elemento cotidiano para dirimir cuestiones territoriales o religiosas. Hoy en día, estas razones pierden peso ya que la riqueza está sobre todo en el conocimiento, y ya no tanto en las posesiones materiales. Vivimos, en Occidente, un periodo de paz como nunca antes ha habido, pero no debemos olvidar nunca que la mayor amenaza que se cierne sobre el planeta sigue siendo el peligro nuclear. Y, a diferencia de la segunda mitad del siglo XX, los posibles actores son múltiples.

¿Tuviste algún tipo de esperanza al acontecerse un movimiento social como el del 15-M? De ser así, ¿cuál(es) fue(ron)? ¿Qué crees que pasará con la desconfianza social en el sistema en los próximos años?

El 15-M fue un fenómeno que generó muchas expectativas pero, como ha ocurrido en tantas áreas, fue fagocitado por los partidos políticos (sobre todo por uno en concreto). Una vez más asoma la necesidad de contar con una Sociedad Civil fuerte que haga frente a la partitocracia que rige nuestro país.

¿Has inculcado el gusto por los clásicos en tus descendientes? ¿Te lo inculcaron a ti o te llegó por otra vía?

Creo que la mejor forma de inculcar es el ejemplo. Poner a su alcance esos libros, las visitas en los viajes, el acceso a algunas conversaciones… La sutileza suele ser siempre más efectiva que la acción directa.

¿Con qué personaje actual te gustaría tener una extensa conversación y sobre qué versaría? ¿Y de los clásicos? Heródoto, Jerjes… ¿cuál más?

Me gustaría mucho poder sentarme a conversar con Alcibíades, un personaje poliédrico y fascinante. También con Plutarco, con Marco Aurelio, con tantos otros… Y, por supuesto, con Heródoto. Le hablaría de tú a tú, sabiendo bien cómo piensa y cómo abordaría, siempre desde la duda y desde el respeto, los temas más importantes que conciernen al hombre.

Antonio Penadés en una de las presentaciones de Viaja a la Grecia clásica.
Antonio Penadés

¿Consideras el voto consultivo una opción democrática?

En general soy partidario de que la ciudadanía dé su confianza a unos representantes políticos y que éstos lleven a cabo la gestión que consideren más conveniente para la sociedad en su conjunto, bajo la premisa de que 4 años después serán sometidos de nuevo al veredicto de las urnas.

Consumes ficción televisiva basada en la antigüedad clásica, supongo. ¿Soportas ver ciertas licencias históricas? ¿Qué series y películas recomendarías al respecto?

Tengo muy poco tiempo para ficción televisiva. En cine, lo más llamativo en relación a la antigüedad clásica es la película “300”, a la que algunos criticaron, y tengo que decir que es la trasposición de un cómic, que la estética es magnífica y que, además, Frank Miller denota haber leído atentamente a Heródoto por la cantidad de guiños a su obra que introduce. Eso sí, su Jerjes está muy lejos del personaje histórico.

¿Qué pregunta te gustaría responder y aún no has tenido ocasión de hacerlo?

Quizá resaltar la necesidad de rechazar ideologías, packs ideológicos que llegan desde arriba y que están repletos de prejuicios, de etiquetas y de lugares comunes, y la conveniencia de que cada uno elabore sus propias ideas. Ideas propias a las que se acceden después de un proceso que incluye lecturas, reflexiones, viajes, experiencias, conversaciones con personas que, a su vez, tienen sus propias ideas y que, como es lógico, evolucionan con el tiempo… Esta es la gente que me interesa y que aporta a la sociedad. De ahí la necesidad de defender las Humanidades y, con ellas, el sentido crítico.

¿Qué te gustaría premiar? ¿Analizas los premios que dan tanto a nivel nacional como internacional? ¿Qué te pareció el Premio Nobel de Literatura que le otorgaron a Bob Dylan?

Me gustaría seguir premiando durante muchos años al mejor ensayo que trate acerca del legado clásico y de los valores humanistas, la mejora de la educación y la despartidización de la sociedad. Es lo que hacemos desde el Premio Acción Cívica para la defensa de las Humanidades, cuya primera edición ganó Irene Vallejo (con El infinito en un junco). Justo en estos días acabamos de dar el resultado de la segunda edición, que ha sido para José Manuel Sánchez Ron con El país de los sueños perdidos. Historia de la Ciencia en España. Son los propios socios de Acción Cívica quienes votan sobre un listado de finalistas elegido por la junta directiva.

Premios Acción Cívica. Entrevista a Antonio Penadés en Entrevisttas.com
Premios Acción Cívica

Respecto a otros premios, no soy quién para analizarlos. Estoy muy honrado, eso sí, con el Premio de la crítica literaria de la Comunidad Valenciana (CLAVE) que acaba de ganar “Viaje a la Grecia clásica”, más que nada porque es un galardón prestigioso con un jurado independiente formado por críticos literarios.

Como periodista, ¿qué publicaciones sueles leer? ¿Qué te acerca al periodismo y qué te aleja de él?

Los periodistas que más me han aportado son, por razones obvias, Kapuscinski y Leguineche. Creo en el periodismo honesto, reflexivo, tranquilo y con ánimo de enriquecer y aunar a la sociedad a la que se debe. Con 16 años ya me compraba el periódico cada día y escuchaba la radio a todas horas, pero me veo desde hace un tiempo muy despegado de los medios de comunicación. Los motivos son la atención desmesurada que prestan a los partidos políticos y su falta de independencia económica (mandan los bancos), lo que lastra la calidad de la información. Esto me apena pero me da más tiempo para leer ensayos, que permiten ahondar en el tema que en cada momento interesa. Y, por suerte, tenemos a nuestra disposición miles de podcast, que permiten escuchar exactamente lo que a uno le apetece.

¿Qué opinas de la transparencia entre los cargos y estamentos públicos, del derecho a la información y los casos que han removido la sociedad últimamente? ¿Y qué piensas de la presunción de inocencia?

La transparencia está bien pero no es garantía de nada, hacen falta controles administrativos para evitar casos de despilfarro y de corrupción política. Y aunque los jueces son independientes, la justicia es lenta porque depende del dinero que el Ejecutivo le destine y hacen falta muchos más medios humanos y materiales. La presunción de inocencia está protegida en un país garantista como el nuestro.

Tú has hecho varias reseñas. ¿Criticas solo lo que te gusta o sueles analizar también lo que no te parece adecuado?

Es un largo debate el de las reseñas. Si se trata de un profesional que se dedica a ello y que va recibiendo encargos de su periódico, entiendo que a veces tenga que publicar una crítica neutra o incluso negativa. Si es un reseñador aficionado, que lo hace por afición, creo que es mejor limitarse a obras que le parezcan buenas. Si no le gusta una obra, no le veo sentido que dedique horas a leerla hasta el final y después a escribir sobre ella en términos negativos.

¿Cómo te gustaría llegar al fin de tus días?

En plan estoico: viviendo en el campo, rodeado de naturaleza, volcado en la lectura y en la escritura, haciendo cuando esté en mis manos por atender a los míos y alejado en lo posible de todo aquello que no aporta.


Entrevistas realizadas por Carmen Nikol.
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Reel de locuciones | Carmen Nikol
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