Guionistas, los amados en la sombra | Entrevista a Pep Bras


Entrevista a Pep Bras | Guionista y Escritor

Entrevista a Pep Bras

Pep Bras | Guionista y escritor de los amados en la sombra


Pep Bras es una joya y no solo porque los guionistas lo son. No. Lo es porque lo adoran aquellos con los que ha trabajado, que no son pocos. Pep trabaja con quien gusta de ofrecer su ingenio, su palabra y su tiempo, sin importarle que sean famosos o personas comunes. Lo que le importa es si le proponen un proyecto que le apasione.

Me puso en contacto con él Xavi Borrell. Y lo hizo diciéndome cuatro palabras, las justas para entrarme el gusanillo. Pero, ese gusanillo se ha convertido en una especie de tenia intestinal y se me ha ido comiendo las entrañas, perforándome con muchísima curiosidad. Y el caso es que, vía LinkedIn ya habíamos hablado. Le pregunté sobre cuestiones propias de guionistas y me respondió, sin conocerme, con transparencia y humildad, lo cual ha sumado interés en hacerle esta entrevista.

Muchos lo amamos en la sombra porque nos ofrece un contenido que nos da vida.

De él dicen piropos personas como Isabel Coixet (guionista excelso, incandescente, brillante y supersónico), Andreu Buenafuente (escribe tan bien que a él le gustaría vivir en una de sus novelas), Santiago Segura (aquí debía de ir una frase ingeniosa, pero claro...he llamado a Pep y estaba ocupado), Batman (Pep es muy discreto. Hace  años que conoce mi verdadera identidad y jamás la ha reveladoy Jordi Évole (recuerdo cuando Pep se convirtió en Michael Douglas en una de sus clases) entre otros muchos. Esos y muchos más los podéis leer en su web.  

También dicen que a Pep no hay género que se le resista: "tanto te escribe una serie como un programa como una peli como un branded" (Vane Villar). 

Es profesor de novela y de técnicas profesionales de guion, ha publicado más de 20 libros (novelas, cuentos, teatro y poesía), tiene un blog (Diario de un calvo) y, cuando tiene un minuto libre, dibuja.  



Guionista
Auto-caricatura de Pep Bras



Pep, te iba a preguntar por qué te quieren tanto, pero huelga: haces lo que te apasiona y eres excelente en tu trabajo. Pero, ¿Qué es un buen trabajo para ti? ¿Qué es lo que hueles en un buen proyecto para que te obligue a acercarte a él?

Mis preferencias han ido cambiando con el paso del tiempo. Cuando eres joven piensas que lo más importante es la productora, la cadena o los rostros visibles que están detrás del proyecto. Y sí, son importantes; pero últimamente me dejo atraer en primer lugar por el proyecto en sí. Si es un mundo que desconozco y que me apetece aprender, además de trabajar en él voy a aprender algo de la experiencia.

Por ponerte un ejemplo reciente: me siento especialmente orgulloso de los guiones que hice hace un par de años para la serie de tres episodios “Project Niños” (emitida por DMAX), que narraba la historia de los niños españoles evacuados a Rusia durante la guerra civil; y que a su regreso, veinte años después, fueron interrogados por la CIA. ¡Era un tema del que no sabía nada! Y cuando los productores ejecutivos, Jordi Ferrerons y Rubén Mayoral me lo contaron me quedé boquiabierto, pensando que aquello parecía una novela. Pues es esta sensación la que me busco en los proyectos. 

Últimamente ha vuelto a pasarme con el tratamiento de guion sobre una historia poco conocida sobre un ex presidente norteamericano… No puedo contar más detalles, porque está en fase de desarrollo. Pero es otra novela, créeme. 


¿Qué responsabilidad asume un guionista al comenzar un trabajo?

Es una cuestión sobre la que suelo bromear. Siempre digo que el guionista es la parte más importante del proceso de creación audiovisual… hasta que los otros empiezan a ponerse en marcha. Entonces, por desgracia, el guionista deja de tener importancia. 

No, en serio: es evidente que los guionistas tenemos la responsabilidad de arrancarlo todo. El proyecto es un folio en blanco hasta que alguien empieza a darle forma, a pensar qué imágenes pueden ir ahí, con qué palabras lo vamos a contar… Para bien o para mal, somos los encargados de superar el miedo al folio en blanco del proyecto. 

Y muy importante: tenemos que tener muy presente que lo que hacemos no es una obra de autor, sino una herramienta que resulta útil para el equipo que está esperando detrás de nosotros. Así que el guion tiene que ser creativo, sí, pero ante todo muy pragmático.


Has escrito para programas televisivos como Homo Zapping y varios Late Motiv de Buenafuente entre otros muchos (me da que esto de "entre otros muchos" se va a repetir a menudo en esta entrevista porque no es posible colocarlo todo). Trabajas muy bien todos los palos, los registros de escritura, pero ¿Qué supone escribir un guion diario o semanal para TV?

En dos palabras: mucho estrés. Hubo una época en la que compaginaba los guiones de radio de “El Terrat”, de Radio Barcelona, con los del programas de televisión de Andreu (Buenafuente). Entraba a trabajar a las 9 de la mañana, hasta las doce que terminaba de escribir el guion de radio del día; hacíamos el programa, me comía un bocata, preparaba las entrevistas de radio para el día siguiente y subía a TV3 a preparar los guiones de televisión, hasta las 8 de la noche. Y, así, día tras día. Por supuesto acabé majara perdido. Hay fotos de Houdini con una camisa de fuerza que me recuerdan a mí mismo por esas épocas. Y no lo digo porque aún tenía pelo. 


También has trabajado para programas radiofónicos: Julia Otero (con la que has repetido en varios programas), Buenafuente (ídem), Isabel Gemio y cadenas como Radio Nacional de España, Onda Cero y la Ser (entre otros y otras) han contado con tus servicios. ¿Qué es lo que un guionista de radio debe conseguir transmitir? ¿Cómo se relaciona con el discurso y el tono de los/as que locutan?

Creo que la principal virtud de un guionista de radio, el que trabaja para grandes locutores, es la capacidad para convertirse en ellos. Tienes que olvidarte de escribir con tu propio estilo y contar las cosas pensando que las cuenta Julia Otero, o Isabel Gemio, o Buenafuente… Porque ellos tienen que sentirse cómodos leyendo tu guion (si no, se nota que están leyendo) y, si el oyente nota que no están cómodos, nada funciona. En todo caso, fueron tres experiencias muy distintas. Isabel Gemio fue mi “descubridora” como guionista: hacía un programa radiofónico de madrugada muy literario, en el que hablaba poéticamente con los oyentes, les contaba cuentos y leyendas… Fue lo más parecido a escribir un libro de cuentos. Con la Otero me ocupaba básicamente del informe del gabinete: una introducción de cinco páginas al tema del día, que debatían en la última parte del programa. Y ten en cuenta que eso era antes de que existiera internet, así que si ese día era, por decir algo, “las relaciones macroeconómicas entre el primer y el tercer mundo”; yo tenía que tirar de memoria. Era como presentarse cada día a un examen de selectividad habiendo estudiado poquito. Aunque supongo que dio el pego, porque ese año acabamos ganando el Ondas. Y con El Terrat de radio… ¿qué voy a contarte? Era una fiesta. El guion era lo de menos.


Pep Bras

Tu labor en teatro, ¿sobre qué ha versado? ¿Qué diferencias tiene escribir una obra teatral respecto a una, por ejemplo, cinematográfica?

El teatro empezó siendo un pecado de juventud, igual que la poesía. Me entraron las ganas de hacer el payaso en un escenario y entre varios amigos creamos una compañía de aficionados. Yo me encargaba de escribir las obras. 

La primera que escribí, “City Bang Blues”, funcionó bastante bien. Al cabo de varios años escribí una nueva versión que ganó el Premio Memorial Antoni Santos de Sitges. Y hoy en día aún hay grupos que la siguen representando. 

Más adelante, tuve alguna experiencia teatral más “seria”. Por citar dos: en las épocas del programa “La Cosa Nostra” del Terrat escribimos Comando a distancia, que estuvo más de un año en cartel en el Teatre Apolo. E incluso llegué a colaborar en una ópera, escribiendo una parte del texto de la adaptación que hizo Joan Anton Reichi del “Orfeu als inferns”, para el Romea.  

También creo que algunos de mis guiones para programas de entretenimiento televisivo tienen una parte “teatral” en el modo de la puesta en escena. Pienso, por ejemplo, en dos proyectos que escribí para TVE en Cataluña: la serie “Big Band Clan” dirigida por el gran Xavier Borrell; o el “Programa Inesperat” de Sergi Mas, y en cómo jugábamos con las entradas y salidas de escena de los actores Toni González Lillo, Anna Gras y Judit Martín.


El cine es un reto más de los que has escogido. Isabel Coixet, Santiago Segura y Bosco Arochi han querido contar contigo. ¿Qué has buscado en cada proyecto cinematográfico? ¿Qué placeres e inquietudes te han devuelto?

Verás, desde muy niño mis padres me llevaban a ver un programa doble, cada fin de semana, al cine del pueblo. Así que yo, de pequeño, quería ser director de cine. O eso o uno de los Cuatro Fantásticos, pero mi verdadera prioridad era hacer pelis. Lo malo es que Bayona no había nacido, así que aún no existían las escuelas de cine. Al final, decidí estudiar periodismo porque, ahí, al menos, Romà Gubern daba una asignatura sobre Historia del Cine. 

Me he ido por los cerros de Úbeda para contarte que el cine siempre ha sido una de mis grandes pasiones. De hecho, durante cuatro temporadas tuve la suerte de dirigir y presentar un programa sobre la actualidad cinematográfica en TVE, “Va de cine”, que me permitió ir a Cannes, Berlín, Venecia, ver de cerca de Scorsese, a los Coen… Lo más cerca que he estado nunca del cielo. 

Ya convertido en guionista, escribir para el cine me sigue pareciendo maravilloso. Sí, vale: cuando escribes una novela la ves proyectada en tu cabeza y tal... pero no es lo mismo. Que alguien ponga rostro, encuadres, movimientos de cámara, música y montaje a tus historias siempre es un pequeño milagro. 


¿Existen diferencias notables entre escribir un guion de ficción para cine o uno para una serie? De ser así, a nivel profesional, ¿en qué radican?

En el fondo no hay tanta diferencia. La trilogía de Los tres mosqueteros de Dumas (padre) se publicó por entregas, y muchos capítulos acaban en cliffhanger; y, sin embargo, leída de un tirón es una excelente novela. 

Evidentemente, no es lo mismo tener que contar una historia en 90 minutos que en seis temporadas de 60 minutos. A Tony Soprano lo acabas amando porque se va cociendo a fuego lento… Esa es la gran ventaja de las series. Y su principal dificultad: que no se alargue innecesariamente.   


De poder escoger hoy mismo, ¿Qué guion te gustaría que te pagasen por escribir? ¿Cuál no has escrito que admiras y hubieses deseado escribir tú?

Soy muy friki de las películas y las series y hay muchas y muy distintas de las que me declaro fan. Me encantaría haber escrito la mayoría de películas de Hitchcock, Scorsese, los Coen… 

En series tengo una especial debilidad por A dos metros bajo tierra, y me encantaría que me llamaran para poner el broche a los Peaky Blinders o para resucitar la cancelada Mindhunter… 

Voy a dejarlo aquí, porque es la típica pregunta que podría estar enrollándome tres días. Y los lectores tendrán cosas que hacer, supongo.  


Isabel Coixet y Santiago Segura han repetido contigo en varios proyectos, por ejemplo, en contenidos de marca (o proyectos de Branded Content). Está claro que confiaban en ti y, de hecho, habéis ganado premios con estos proyectos. ¿Cómo han sido estos trabajos y cómo ha sido la experiencia de recibir esos premios?

En el caso de Isabel Coixet fue un proyecto muy complejo. El Terrat me encargó que diseñara una historia de ciencia ficción con tintes de la serie Black Mirror que pudiera verse como un largometraje o como cuatro cortos de visión independiente. Fue así como nació Proyecto tiempo, que cuenta la historia del científico Pablo Andrade, de los secretos que oculta su familia y, sobre todo, de la génesis de su invento, Brainstart, un chip que se injerta en el cerebro de los recién nacidos del futuro y que les concede automáticamente todo el conocimiento de la humanidad. Proyecto Tiempo se inscribía dentro de la campaña de Cinergía de Gas Natural Fenosa en apoyo al cine español; así que, además de contar bien la historia tenía que añadir “consejos” para el uso responsable de la energía… sin que se note demasiado que los estás colando. 


Es lo que tiene el Branded Content. Y si te lo tomas como un reto lo disfrutas mucho, como fue mi caso. En el caso de Consumo responsable: nivel 7, dirigida por Santiago Segura, ganamos un Sol de Oro y un Gran Premio en el prestigioso Festival Iberoamericano de Publicidad. Y el secreto fue mostrar las cartas desde el principio: mostramos un asesinato y quién es la asesina y, a continuación, aparece un señor muy pesado que no deja de dar la vara con el consumo energético, de manera que el Branded Content se convertía en suspense hitchcockiano.


Pep Bras
Pep Bras | Escritor y guionista


Has participado en el guion de "Andrés Iniesta, the unexpected hero". ¿Cómo ha sido la experiencia?

Muy buena, pero tiene truco: el director-realizador es Oriol Bosch, con el que ya había trabajado en “Project Niños” y con el que actualmente estoy trabajando en otra serie sobre otro deportista de élite, más alto que Iniesta… y de la que tampoco puedo contar nada todavía. 

Con Oriol hay muy buena química. Creo que nos miramos un segundo sin decir nada y ya entiendo lo que me está pidiendo. Eso es un lujo a la hora de escribir.  


¿Qué es lo que suele resultarte más tedioso a la hora de sentarte a escribir un guion? 

Tener que explicar con una voz en off lo que podría haberse explicado mejor de mil modos distintos. O dicho de otro modo: saber que ese proyecto podría haberse hecho mejor, y que tú estás colaborando en mostrar al espectador esa versión fracasada, porque no queda otro remedio que hacerlo así. Esto suele ocurrir cuando el guionista interviene a posteriori, cuando ya está todo rodado y tienes que apañarte con lo que hay.  


¿Cómo fueron tus comienzos, cuando aún no trabajabas sobre encargos? ¿Cuál fue tu primer trabajo por encargo?

En mis inicios, buscabas en el diccionario y no aparecía la palabra “guionista”. 

Empecé trabajando como redactor de informativos de TVE en Sant Cugat y, al parecer, algunas noticias que escribí llamaron la atención del cantante Pere Tapias, que por esa época hacía un programa de humor. Y empezó a pedirme guiones…  

Poco después tuve la suerte de ganar el premio La sonrisa vertical, el libro El bajel de las vaginas voraginosas tuvo mucho éxito. Isabel Gemio se lo leyó, le gustó, y me llamó para que fuera su guionista. Ese fue el principio de todo. 


En los títulos de tus múltiples libros, aparece el sexo de manera reiterativa. Está claro que no en todos, pero... sí, se repite mucho. También el amor. ¿Qué tipo de sexo y de amor tratas en ellos? ¿Qué te pedía el cuerpo en cada caso? ¿Cómo te suelen surgir las ideas para motivarte a escribir un libro?

Empecé a escribir literatura erótica por una apuesta. Mercedes Abad ganó el premio La Sonrisa Vertical en 1986 con Ligeros Libertinajes sabáticos, y Mercedes y yo éramos compañeros de clase en la facultad. Antes de que Mercedes ganara el premio, teníamos un profesor de radio que nos pidió, como trabajo de fin de curso, “un programa radiofónico de género erótico”. Mercedes y yo lo hicimos a medias y el resultado fue que toda la clase se partió de risa. Toda, menos el profesor. Nos suspendió, alegando que él había pedido algo erótico, no gracioso. Meses después, Mercedes ganaba el premio, que por aquel entonces era de los más prestigiosos del país. Y pensando en el profe de radio me dijo: “Por favor, Pep, el año que viene gánalo tú y acabamos de hundirlo” Y así lo hice. 


Pep Bras y Santiago Segura
Santiago Segura con Pep Bras


Has trabajado en prensa de opinión, como columnista y como colaborador. ¿En qué publicaciones has escogido trabajar y con qué carácter realizar el enfoque en cada caso? 

He hecho colaboraciones puntuales, cuando me lo pedían. Mi experiencia más larga fue en el Diari Avui, estuve escribiendo la columna de la contraportada durante cuatro años. Y lo cierto es que la obligación de tener que contar algo ameno para el lector una vez por semana te mantiene con la antena puesta todo el día, te inyecta una dosis de adrenalina suplementaria que en un oficio como el nuestro siempre va bien. 


Tu experiencia en docencia es vasta y seguro que es mucho lo que has aportado. Pero, ¿Qué te aporta a ti ser docente?

A menudo poner en orden mis ideas. Muchas veces escribes intuitivamente, sin saber porque lo haces así y no asá. Y tener que prepararte las clases te da un orden, una perspectiva. Sin contar con los pequeños milagros que se producen en cada taller. En el último que hice, en solo dos sesiones, siete de mis alumnos consiguieron escribir un libro de sesenta páginas. Una barbaridad.


¿De qué estás especialmente orgulloso? Sin pretender que destaques a unos sobre otros compañeros, a nivel proyecto-labor. 

Las niñas de mis ojos siempre serán mis novelas, sobre todo las dos últimas: La vida en siete minutos y La niña que hacía hablar a las muñecas

Guiones he escrito muchos, y me siento orgulloso de la mayoría, pero un guion no deja de ser una pieza más de la maquinaria, una herramienta para que desarrolle el proyecto el resto del equipo. Una novela es tu aventura personal. 


Pep Bras
Pep Bras | Guionista y escritor

¿Qué supone escribir un guion para una gala televisiva? Quien solicite tu labor... ¿sabe cómo escribes y deriva su confianza plena en ti o te exige algún tipo de cuestión, más allá de tener en cuenta el orden de las salidas?

Una gala de premios es la muerte. Quiero decir que partes del peor escenario posible: un montón de minutos de premiados agradeciendo el premio. Es decir: material que a la gente le importa un pimiento. A partir de ahí, el reto es intentar que eso quede compensado por una serie de momentos brillantes que obliguen al espectador a permanecer atento. 

En mi caso, he tenido mucha suerte porque varias de las galas, como los Premios Goya 2010-11, contaban con Andreu Buenafuente presentando y Rosa Olucha en la dirección. Así es mucho más fácil que funcione. 


¿Se puede vivir de ser escritor, docente y guionista o a veces debes combinarlo con otros trabajos? ¿Crees que estás dentro de un sector valorado o consideras que requiere de mejoras?

Hasta ahora he conseguido vivir de la mezcla de las tres cosas. Aunque pienso que no, que no es un sector valorado económicamente. Y si no, busca cuánto le pagaron a Joe Eszerthas por la sinopsis de 30 líneas de Instinto Básico. Yo no he ganado eso en toda mi vida. 


De no haberte dedicado a escribir, ¿a qué te gustaría haberte dedicado? ¿Tienes algún hobbie semi-profesional o profesional, además del dibujo?

Si hubiera dedicado más tiempo a dibujar mejor, me habría encantado hacer tebeos. Aunque en el fondo todo es lo mismo: lo único que se me da un poquito bien es contar historias. 


¿Qué crees que define a un buen escritor y a un buen guionista? ¿Qué debe tener un guion para ser excelente? En pocas palabras y para concluir.

Probablemente es cierto que todas las historias ya se han contado. El truco es contar la tuya como si fuera la primera vez que alguien la cuenta. 


¿A quién te gustaría dedicarle esta entrevista?

A mi mujer Nana y a mi hija Alba, las víctimas colaterales de tantas  horas de tecleo. 



Entrevista a Pep Bras
Pep Bras


Pep, gracias por enriquecer este humilde blog y hacerme reír un rato, además de aclarar muchas de las dudas que nos surgen al pensar en cómo se gestan esos guiones que tanto amamos.
Ha sido un verdadero placer poder contar con tu conocimiento 
en este blog abierto a la más variada y absoluta curiosidad.


Al lectorgracias por tu lectura, como siempre
Se agradecen los comentarios amables e interesantes.






Entrevista realizada por Carmen Nikol.

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